Desde los inicios de los tiempos el hombre ha sentido la necesidad de comunicarse (y la mujer ni te cuento).
Primero fueron los gruñidos, luego el tantán, el grito, los mensajeros a caballo, el telégrafo, el Orient Express, el telégrafo, el teléfono, los tamagochis, los pregoneros, internet, los móviles, e, incluso, si eres un caballero jedi la telepatía.
A la primera palabra escrita le siguió la segunda y a ésta la tercera. Al final del todo surgió la primera frase (no hay constancia histórica de cuál fue, aunque no creo que nos perdamos nada).
Tras mucho discurrir alguien junto varias frases y creo un párrafo. Posteriormente, viendo que sería muy aburrido hablar siempre de lo mismo alguien inventó el punto y aparte. El mismo autor demostró, con su muerte, la utilidad del punto final.
Estos avances frente al gruñido primigenio nos llevaron a la consolidación de la Literatura, hasta que a medidados lo 1990 Juan B. hizo un esbozo de novela con una calidad similar a la literatura del Neolítico. Acababa de nacer la Literatura Basura, de la que en estas páginas tienes una buena muestra.