Me duele reconocerlo pero he padecido buena parte de mi vida el síndrome «Camela». Cuando veía en una película a alguien diciendo «¡Escuchame!» no podía evitar pensar «Compréndelo, es imposible nuestro amor», aunque fuera una de Mad Max. Es duro.
También sufrí el síndrome «Pimpinela» hace años. Cada vez que llamaba a una puerta y me preguntaban «¿Quién es?», respondía «Soy yo», esperando escuchar «¿Qué vienes a buscar?».
Si has leído esto canturreando es que estás tan jod… como yo lo estaba, aunque yo creo que ya lo he superado y por fin he encontrado el camino (que ha de guiar mis pasos, y esta noche me espera…).…¡Mierda, acabo de recaer!